Cumplimos uno de nuestros sueños de infancia intentando no flotar en el Mar Muerto durante un par de horas.
Lugar de desembocadura del río Jordán y frontera natural entre Israel y Jordania, el Mar Muerto tiene una longitud de 80 Km y una anchura máxima de 17. Sin embargo, lo que lo hace especial son otras dos cifras: está a 400 metros bajo el nivel del mar y su concentración de sal es del 30 por ciento (lo habitual es entre un 3 o 4 por ciento). Imposible no flotar.
En la actualidad, el Mar Muerto es excursión habitual tanto para los turistas que visitamos Jordania (e Israel) como para los ciudadanos de Ammán que pasan allí el día. Además, las propiedades de sus aguas lo han convertido en centro de tratamiento de enfermedades de la piel como la psoriasis.
Mar Muerto |
Para darse un baño en el Mar Muerto lo primero que hay que saber es que no es tan fácil como llegar hasta allí y al agua. Para empezar, al ser frontera con Israel, la zona cercana al río Jordán es de dicífil acceso, excepto el lugar de bautismo de Jesucristo que puede visitarse. Luego la orilla natural del mar está constituida en el lado jordano por piedras y bloques de sal y en el israelí es parecido a un lodazal. Además, teniendo en cuenta que en cuanto te metes flotas irremediablemente, no es tan sencillo como ir andando mar adentro como en una playa normal.
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Antes de sumergirse en las aguas del Mar Muerto hay que tener en cuenta una serie de consejos:
- No metas la cabeza y evita que te entre agua en los ojos o te escocerá durante un buen rato (que se lo pregunten a Photoviajeros)
- Intenta que no te salpique ninguna gota en la boca, no es tóxico pero la sensación es similar a meter la lengua en un bol con sal.
- Ojo con heridas que puedas tener, por pequeñas que sean, te van a escocer muchísimo.
- No intentes nadar, al menos no de la manera «normal». Ponte mejor boca arriba y desplázate usando los brazos como remos, con cuidado de no salpicarte.
- Mucho cuidado al salir. No te das cuenta pero estás medio untado en aceite y puedes resbalar con facilidad según vas andando.
Quitando eso, el resto es disfrutar. Disfrutar de las vistas de toda la región, incluida la ciudad de Jericó, y de la experiencia de bañarte y la imposibilidad de no flotar por mucho que lo intentes.
Al salir, en las playas privadas te puedes cubrir con lodo del Mar Muerto que es, según dicen, la mejor mascarilla natural para la piel. También hay piscinas de agua dulce desde las que puedes disfrutar de las vistas del Mar Muerto y de Israel mientras te tomas una copa o un refresco. Estos complejos cuentan con tumbonas, chiringuitos, restaurantes, aseos, vestuarios y tiendas con todo tipo de souvenirs, incluidos productos del Mar Muerto. Éstos pueden comprarse en cualquier tienda del país ya que es lo único que es suyo de verdad (sin contar con los fosfatos) y no de países vecinos.
Nuestro consejo es que intentes llegar lo antes posible o a una hora en la que no haya nadie para poder disfrutar del baño en el Mar Muerto a solas, flotar a tus anchas, jugar, experimentar con esa nueva sensación de ingravidez total y hacerte una idea del enclave que es, de su historia, de las creencias religiosas (si las tienes) y de lo que aún sucede en la otra orilla. Datos prácticos Cómo llegar: desde Ammán se tarda poco más de una hora en coche en llegar a las playas privadas de Oh Beach o Crowne Plaza. Nosotros íbamos con chófer en un tour privado y ese día visitábamos también Wadi Rum y dormíamos en Petra, por lo que sólo estuvimos un par de horas por la mañana. También puedes alquilar un coche en Ammán o contratar allí una excursión de un día en el Mar Muerto, hacer noche en uno de los complejos hoteleros y al día siguiente ir directo al aeropuerto de Ammán (está a medio camino), etc. Hay oferta suficiente para todos los gustos y necesidades. Playa privada: nosotros estuvimos en la Playa Oh Beach y no tenemos queja alguna. Cierto es que llegamos a primera hora y estuvimos solos casi dos horas con lo que todos los servicios estaban limpios y disponibles: duchas, tumbonas, aseos, etc. |
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