Si viajas a Laponia con niños ver a Papá Noel es imprescindible. En Santa Park no solo podrás charlar con él sino que descubrirás todo el mundo mágico de los elfos y sus secretos para que cada Navidad los niños del mundo reciban los regalos de Papá Noel. Así fue nuestro día mágico en Santa Park.
Como todo el mundo sabe Papá Noel vive en Laponia. Tal y como nos contó la señora Claus en su oficina de Santa’s Village, en concreto vive en el bosque que está junto a este poblado. Y justo debajo de él se encuentra Santa Park, el lugar donde la magia se hace realidad.
En pleno bosque nevado se encuentra la entrada a Santa Park y nada más cruzar la puerta comienza el descenso a la cueva y pasadizos. Allí están esperando los elfos con los brazos abiertos, una gran sonrisa y mucha mucha magia.
Los elfos en realidad están trabajando en sus pasadizos y estancias secretas, tal y como se ve desde la oficina de Papá Noel en Santa’s Village; pero desde finales de noviembre y hasta principios de enero se acercan a «la central», a Santa Park, a conocer y pasar un rato inolvidable con los niños mientras les cuentan algún que otro secreto.
Según llegamos nosotras al final del túnel, apareció una elfa muy simpática que sabía absolutamente todo de nosotras (quiénes éramos, dónde vivimos, lo que más nos gusta, cómo nos portamos…). Y claro, es que es ella la que nos vigila y le cuenta todo a Papá Noel. Fue ella quien nos enseñó el mundo mágico de Santa Park.
Qué hacer y qué ver en un día en Santa Park
1. Conocer a Papá Noel
Lo primero es lo primero. Papá Noel está muy ocupado en época navideña, pero aún así no deja pasar la oportunidad de conocer a los niños que visitan Santa Park, la cueva que está justo debajo del bosque donde él vive junto a la señora Claus, Rudolf y los demás renos.
Habla, claro, todos los idiomas, español también. Y al poco de empezar a hablar con él sacó de su sombrero nada más y nada menos que las cartas que nosotras habíamos echado al buzón un par de semanas antes en Madrid. Con razón no las vimos en la oficina de Santa’s Village, ¡si ya las tenía él!
Él mismo leyó las cartas, con un poco de ayuda de la elfa, que ya sabía lo que habíamos pedido, lo que nos gusta, lo que queremos ser de mayores…
Como si conocer al mismísimo Papá Noel no fuera suficiente, encima nos regaló un peluche a cada uno, ¡a los mayores también! Y los elfos un pendrive mágico con todas las fotos de este momento inolvidable.
2. Visitar la galería de hielo
En Santa Park no sólo puedes conocer a Papá Noel y los elfos, sino también a la Princesa de Hielo. En su galería podrás ver las últimas esculturas que ha hecho y tomarte una de sus pociones mágicas en un vaso de hielo.
Además de rica, esta poción realmente funciona. Según te la tomas sientes una alegría inmensa y la misma magia del lugar corriendo por tus venas.
3. Aprender algunos de los secretos de los elfos
Aunque para ser elfo hay que estar aprendiendo durante 101 años, en la Escuela de Elfos de Santa Park te dan una clase exprés de 30 minutos. No podemos contar todo pero fue aquí dónde vimos cómo podían, tanto Papá Noel como los elfos, moverse por el mundo entero y entregar los regalos en una sola noche.
4. Decorar galletas
Los elfos saben hacer un montón de cosas. Unos hacen los juguetes, otros los envuelven. Unos hacen adornos de Navidad, otros decoran galletas. No podía faltar, por tanto, el taller para decorar galletas de jengibre. Y qué mejor manera de hacerlo que junto a un chocolate o un vino sin alcohol calentito.
Como es muy difícil que te salgan tan bien como a los elfos, ellos te darán también una de las que han decorado.
5. Hacer adornos navideños
Trozos de madera, pintura, algodón, palos… En el taller de manualidades de Santa Park puedes hacer los mejores adornos de Navidad. Si quieres, puedes dejarlos allí, o si no llevártelos a casa.
6. Ver un auténtico espectáculo élfico
Saltos imposibles, piruetas, muchas risas y, por supuesto, magia. El espectáculo que hacen los elfos en el gran salón de Santa Park varias veces al día es alucinante.
Además, justo ahí está el restaurante, así que puedes verlo mientras comes.
7. Subir en el tren de la Navidad
Santa Park tiene su propio tren, que en un breve recorrido te adentra de lleno en la Navidad. Y qué mejor manera de hacer este pequeño viaje que con una auténtica elfa.
8. Viajar como Papá Noel
Subiendo las escaleras desde el salón principal se llega a una de las últimas actividades de Santa Park: el simulador de vuelo. En un trineo y con unas gafas mágicas, te sentirás como Papá Noel en Nochebuena.
9. Cruzar el círculo polar
¿Sabías que solo hay un lugar en el mundo en el que se pueda cruzar el círculo polar bajo tierra? Ese sitio no podía ser otro que Santa Park. Un brillo y sonido especial te harán sentir la magia cada vez que pases por debajo del arco. Y además, te llevarás un diploma que lo certifique, por si alguien no se lo cree.
10. Vivir un día de magia pura
Con la nariz puntiaguda, curiosas pecas, y hablando en mil idiomas a la vez, ¡Santa Park está lleno de elfos! Y están deseando contestar a todas las preguntas que quieras y charlar un rato contigo. Entre ellos se comunican en élfico, porque no entendíamos nada, pero todos hablan inglés y el idioma del país al que van a ver a los niños.
Cuando la elfa que nos guió a nosotros se tuvo que ir de vuelta a envolver regalos (solo faltaban 15 días para Nochebuena), pudimos preguntar a todos los demás que encontramos si hacen ellos los juguetes, si a Rudolf y a los demás renos de Papá Noel le gustan las zanahorias, galletas y leche…
Además, en nuestro caso, hicimos una videollamada muy especial para ir enseñando todo Santa Park. Desde la Princesa de Hielo hasta los elfos que nos vieron vinieron corriendo a saludar.
Esto es, sin duda, lo mejor de Santa Park: la magia allí se respira en cada rincón.
Datos prácticos
Cómo llegar
El autobús que conecta Rovaniemi con Santa’s Village para también en Santa Park, pero lo más cómodo es ir en coche. Se puede aparcar en el parking que hay allí mismo.
Dónde comer
En Santa Park hay un restaurante y una cafetería. Para comer el restaurante está bastante bien, tanto de precios como de calidad, en especial para ser Finlandia. Es un buffet en el que puedes coger ensaladas variadas, hummus, pastas, carnes… Lo único que no hay son postres ni bebidas que no sean agua de las jarras.
Si quieres comer algo dulce, otra bebida o un café, puedes hacerlo en la cafetería que está al lado o también en la tienda de galletas.
Más información
Deja una respuesta