Si vas a pasar un día o una semana en una ciudad china, no te queda más remedio que coger algún tipo de transporte. Los más habituales son el metro, autobús y taxi, además de a pie, que puede ser toda una acción de riesgo.
En posts anteriores hemos hablado de cómo moverse en tren en China, tanto para grandes trayectos, como para excursiones de ida y vuelta en un día. Este vamos a dedicarlo a los desplazamientos dentro de las propias ciudades a pie y en medios de transporte.
A pie
¿Qué misterio tiene el hecho de caminar por una ciudad como para incluirlo en un post? Pues que en China puede ser deporte de riesgo. Coches y motos a golpe de claxon cada 2 segundos, bicicletas motorizadas (e insonoras), peatones, carros y animales comparten la vía pública en absoluto caos para quienes venimos de fuera. Puede que los coches respeten un semáforo rojo, pero para el resto de ocupantes de la calzada no hay normas que valgan. Incluso en ciudades como Guilin o en el barrio musulmán de Xi’an ocupan también las aceras y cualquier hueco por donde puedan colarse sin importarles un pimiento si hay algún peatón ahí. Es como en Marruecos o Túnez pero a lo bestia.
Lo curioso es que para ellos es un caos ordenado en el que al final sorprendentemente no ves golpes ni atropellos constantes (aunque hay muchísimos, según nos contaron, que se saldan con un intercambio de dinero acordado entre las partes implicadas). Cuando aterricéis por primera vez y queráis cruzar la primera calle seguro que os quedáis un rato paralizados sin saber cómo hacerlo sin perder la vida en el intento. Nuestro consejo es que al principio os peguéis lo más posible a un «local», quedando éste entre los vehículos atacantes y vosotros, y crucéis junto a él sin mirar nada más para evitar entrar en pánico.
Enseguida podréis moveros como locales aunque es cierto que en lugares como el barrio musulmán de Xi’an al atardecer es imposible acostumbrarse aunque ya llevéis un par de semanas moviéndoos por China.
En metro
Las grandes ciudades como Pekín, Shanghai y Xian cuentan con una extensa red de metro, excepto en el último caso que es bastante más modesta y que, además, no conecta los principales puntos de interés turístico. Los planos de metro, estaciones y demás llevan escritos los nombres en inglés además de en chino por lo que resulta bastante fácil moverse en este medio. Otra cosa es el adquirir el billete, que al principio del viaje puede resultar misión imposible al ver cómo no hay manera de que no se te cuelen constantemente los chinos. Esto pasa sobre todo el primer día, luego ya te acostumbras a sacar codos y echarle el mismo morro que ellos. Ojo también con las estaciones de metro principales que cuentan con unas 20 o 30 salidas y entre una y otra puede haber un par de kilómetros, como en People’s Square en Shanghai. Mirad bien el mapa de la zona antes de salir por una de ellas.
En Pekín, hay un único tipo de billete del mismo precio para recorrer cualquier distancia y sin límite de trasbordos. La excepción es la línea express al aeropuerto que sí lleva un sobrecargo y que pueden intentar colarte en las taquillas aunque no vayas a pasar ni de lejos por ahí. Niégate, no te muevas del sitio y eleva la voz un poco y problema solucionado, como casi todo en China.
En Shanghai el precio del billete va en va en función de la distancia a recorrer. Se pueden comprar tarjetas que se recargan con el importe que se quiera y sirven para pagar tanto en el metro como en autobuses y taxis. Y también está la opción de una tarjeta para el metro que dura 24 horas desde el primer trayecto, recomendable si se piensan coger bastantes y de relativa larga distancia.
Autobuses
En todas las ciudades chinas hay infinidad de líneas de autobús. Probablemente tengas que recurrir a este medio de transporte para llegar a zonas menos turísticas, para ir a pueblos de las afueras o incluso para moverse por las zonas más turísticas de ciudades como Xi’an o Guilin (aunque aquí puedes ir andando a casi todo).
Por lo general, en los autobuses debes pagar el precio exacto al conductor o a lo que llamamos nosotros «la gobernanta». Así que, a no ser que tengas la tarjeta precargada como en Shanghai mejor que lleves un buen puñado de monedas sueltas para cada trayecto. Si no, siempre puedes probar a montar un poco de escándalo y ver si acabas en el bus pagando con las monedas que tienes, aunque sea menos de la mitad del billete, con tal de que te calles.
Taxi
El bajo precio de los taxis en China hace que sean una de las opciones más elegidas por los turistas. Sin embargo, los foros y blogs de viajeros están llenos de problemas de regateo, precio equivocado y pequeñas estafas.
Nosotros sólo cogimos un par y la verdad es que no tuvimos problema. El primero en Shanghai íbamos con un «medio-local» que hablaba chino bastante bien y tenía tarjeta de transporte para pagar el taxi así que no tiene mucho mérito que lográramos hacer el trayecto sin incidencias. El segundo fue desde la estación de Pekín hasta nuestro hotel y tampoco tuvimos problema porque puso el taxímetro desde el principio y con mapa en mano vimos que iba en la dirección correcta, así que no nos tocó negociar ni pelear nada.
Además de estos medios de transporte «clásicos», siempre hay opciones como alquilar una bici (si tienes valor para ello), subirte a un rickshaw para recorrer los hutongs u otros vehículos turísticos.
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