Un día en Plovdiv

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Ruinas romanas semiocultas bajo las principales calles del centro histórico, palacios multicolores que surgen entre los laberínticos callejones de la ciudad vieja, impresionantes murales en las calles del barrio de Kapana y un patrimonio cultural de lo más variopinto. Te contamos qué ver y qué hacer en un día en Plovdiv.

Sobre tres colinas y a orillas del río Maritsa se alza la bella ciudad búlgara de Plovdiv. Tres son también las zonas más destacadas a visitar: el casco antiguo, Kapana y la ciudad baja.

Con 6.000 años de antigüedad, Plovdiv es la ciudad habitada más antigua de Europa. Macedonios, tracios, persas, griegos, romanos, godos, hunos, bizantinos y otomanos han pasado por ella.

Hoy en día, la ciudad sigue siendo muestra de este patrimonio y es parada obligada de un viaje a Bulgaria.

Qué ver y qué hacer

Todo el recorrido, desde los restos del foro romano hasta la cima de Nebet Tepe, con desvío para visitar los murales y el ambiente del Kapana, se puede hacer fácilmente a pie.

Casco antiguo

Arrancamos la visita en la inmensa y peatonal Plaza Central. Basta con asomarse para ver los restos del antiguo foro, del siglo II, fusionados con los edificios circundantes.

Knyaz Alexander I y estadio romano

Desde aquí parte la principal calle peatonal del centro de Plovdiv: Knyaz Alexander I, que discurre entre las colinas de Sahat tepe y Dzhambaz Tepe.

Deambulando por esta calle, con sus encantadoras y cuidadas plazas, te encuentras de pronto encima de los restos del estadio romano.

Medía 240 metros de largo y 50 de ancho y capacidad para 30.000 espectadores. En la misma calle Knyaz Alexander I una señal indica el comienzo de la construcción por el sur.

estadio romano y mezquita dzhumaya

Un buen rato después, caminando por encima para intentar hacerte una idea del tamaño que tenía, se llega a su extremo norte. Es el que mejor conserva sus gradas y, además, forma un conjunto espectacular con la mezquita Dzhumaya al lado.

Hacia Nebet Tepe

Pasada la mezquita, por la calle Saborna, empieza el conjunto de empinadas calles empedradas y edificios del Renacimiento Nacional (finales del siglo XVIII hasta 1878) .

El casco histórico de Plovdiv es el mejor conservado del país y da gusto perderse por él. Pero antes, hacemos un pequeño desvío para ver el teatro romano, de finales del siglo I. Con capacidad para 6.000 personas, en su día sirvió como teatro, circo de bestias y gladiadores y de asamblea tracia.

teatro romano de Plovdiv

Restaurado a finales del siglo pasado, hoy en día alberga, sobre todo en verano, diversos espectáculos. Si no, basta con asomarse por las distintas verjas para verlo y ahorrarse la entrada,

Tras esta visita, lo mejor es emprender el ascenso hasta la fortaleza de Nebet Tepe e ir perdiéndose por las laberínticas callejuelas para admirar las coloridas casas con una curiosidad: cada planta sobresale más que la inferior y se apuntala con vigas de madera.

No te puedes perder:

  • Casas de Balanov y Hindliyan: dos coloridos palacetes unidos por un patio interior son una de las muestras de la arquitectura del Renacimiento Nacional.
  • Iglesia de San Constantino y Santa Elena: destacan su original campanario de base octogonal y los frescos e iconos del templo.
  • Museo Etnográfico: independientemente de si visitas la colección interior o no, hay que acercarse al jardín para ver su famosa fachada.
  • Museo de la Farmacia: más modesta, pero con jardín, medicinas y herramientas de la época.
  • Puerta Hisar Kapia: entrada a la muralla del siglo XI.
  • Catedral de la Asunción, construida en 1845.
  • Otros edificios que no te puedes perder son el del Museo del Renacimiento Nacional, el Museo Zlatyu Boyadzhiev, la galería Philippopolis y la casa de Veren Stambolyan.

El camino culmina en los restos, ahora en obras, de la fortaleza de Nebet Tepe. No se puede ver gran cosa, pero las vistas de la ciudad desde aquí son espectaculares.

Kapana

Si hay un barrio de moda en Plovdid este es Kapana, al oeste de la ciudad vieja, cuyo nombre significa «trampa». Sus irregulares callejuelas que antaño acogían talleres de artesanos las pueblan hoy terrazas, zonas peatonales y murales al aire libre, la insignia de este «distrito creativo«.

Está muy bien cuidado y da gusto perderse por sus callejuelas, que evocan el pasado artesano de esta zona.

Ciudad baja

Antes de empezar la ruta en la Plaza Central o al acabar la misma, se puede pasear por el cercano parque del Zar Simeón. Dependiendo de la época del año es posible ver las «fuente cantante» por las noches: un espectáculo de luz, música y agua.

En el otro extremo, hacia el este, se encuentra la Gran Basílica. Se trata del templo cristiano más antiguo de la ciudad, corazón de la ciudad durante los siglos IV al VI. Después fue abandonada, probablemente a causa de un terremoto.

Gran basílica Plovdiv

Tras la restauración, reabrió en 2021 con una gran exhibición con los mejores mosaicos de la ciudad.

Datos prácticos

Cómo llegar

Lo más sencillo para recorrer Bulgaria, o al menos una parte, es hacerlo en coche de alquiler. Plovdiv se encuentra a un par de horas de Sofía por autopista.

De camino desde Sofía o directamente desde Plovdiv se puede ir, en media hora más o menos, al Monasterio de Bachkovo, otra de las joyas búlgaras.

Dónde alojarse

Nuestro alojamiento fue a las afueras de la ciudad, literalmente en medio del campo. Y fue, sin duda alguna, el mejor de nuestro viaje por Bulgaria y Rumanía. No solo por el apartamento en sí y la piscina que tuvimos en exclusiva para nosotros, sino por sus maravillosos propietarios. Nos mostraron lo mejor que ver y hacer en Plovdiv, Bachkovo, la fortaleza Asen, las playas del Mar Negro (nuestra siguiente parada) y hasta llamaron por teléfono para poder informarse y decirnos el horario de la tumba tracia de Svechtari.

Y además, cada día nos traían fruta de sus árboles y hasta cervezas fresquitas y zumos para las niñas, que siempre recordarán a su amigo «Michael».

Lo reservamos a través de Booking y nos costó 124€ dos noches. Ellos tienen su propia página web por si quieres echarle un vistazo.

Dónde y qué comer

No hubo sitio en Bulgaria donde comiéramos mal. Y Plovdiv no fue la excepción. Al estar en apartamento tiramos de la compra del supermercado cercano que había más las delicias que nos dieron los propietarios de su huerto.

Lo que es en la ciudad, aunque nos recomendaron los restaurantes próximos al parking de la plaza central, se nos echó la hora de la comida cuando estábamos en la cima de Nebet Tepe y en el restaurante que había allí mismo, Banat Tepe, comimos. Bastante barato y muy rico todo para ser, probablemente, el más turístico.

Nuestro desayuno local diario

Cómo moverse

El centro histórico, las calles principales de la ciudad baja y Kapana son peatonales y, además, se puede recorrer a pie cómodamente. Lo mejor es aparcar el coche junto a la Plaza Central y empezar la visita, ciudad arriba.

Plovdiv con niños

Casas de colores, murallas, murales urbanos… Plovdiv es una ciudad ideal para recorrer con niños de todas las edades.

Uno de los imprescindibles si viajas con niños es darse un capricho en la tienda de Hansel y Gretel de Knyaz Alexander I. Aunque no compres nada merece la pena entrar y verla. Y ya que estás, mejor darse el capricho.

Otro es la visita a la Gran Basílica. En la planta superior cuenta con una zona interactiva y otra de juegos para los más pequeños. Las nuestras, después de todo un día andando, no querían irse de allí.

Más información

Nosotros utilizamos dos guías: Un corto viaje a Bulgaria, de Anaya Touring (muy recomendable) y Bulgaria guías visuales, que cogimos de la biblioteca. Esta última al ser de 2017 estaba un poco obsoleta, pero para hacerse una idea está bien. Y además, os recomendamos estos enlaces:


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